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Si padeces de fibromialgia, el dolor crónico, el insomnio y la alteración de tu sistema nervioso forman parte de tu día.
El CBD te ayuda de forma natural en todo eso, sin generarte ningún efecto psicotrópico ni creando ningún tipo de adicción.
Eso sí, es importante que entiendas que el CBD es un complemento natural que tiene que ir acompañado de una serie de hábitos positivos que te van a permitir mejorar tu calidad de vida. Si no llevas a cabo ninguna de las siguientes recomendaciones, el CBD te puede ayudar, pero seguramente en menor medida que si las aplicaras.
Si quieres saber cómo el CBD te puede ayudar en el día a día, hemos preparado una sección informativa completa con las preguntas más frecuentes relacionadas con la fibromialgia y el CBD. Pincha aquí para verla.
También hemos preparado un amplio contenido relacionado con esta enfermedad, en el que incluimos una serie de recomendaciones, buenas prácticas y hábitos naturales para mejorar tu calidad de vida.
Y si lo que buscas son productos que contienen CBD, a continuación te mostramos nuestra selección particular seleccionados de los mejores proveedores del mercado. Todos ellos cumplen con la mayor garantía y calidad.
La fibromialgia es una enfermedad que presenta una serie de síntomas comunes en las personas, aunque después, cada una de ellas puede experimentar un conjunto distinto, que puede ser leve, moderado o grave.
Estos síntomas pueden perdurar en el tiempo o, por el contrario, desaparecer durante semanas, meses, o incluso años, hasta que vuelven a aparecer.
En la actualidad no se conoce la causa principal que provoque o genere la fibromialgia. Sin embargo, sí se reconocen factores comunes como el estrés y la ansiedad, enfermedades previas o la genética.
Por tanto, la fibromialgia es más común en personas que han padecido traumas emociones o físicos previos, enfermedades víricas o infecciosas, ansiedad, estrés o depresión, o tienen antecedentes de familiares con esta enfermedad.
Existe una serie de malos hábitos que contribuyen a potenciar el dolor causado por la fibromialgia. Estos factores son:
Una persona que no descansa lo suficiente, o que fuma, o que tiene un exceso de peso, o que sufre altos niveles de estrés, incentiva la activación de los puntos de gatillo.
Y si se combinan los cuatro factores anteriores en una sola persona, el efecto es mucho mayor.
Generalmente la fibromialgia se diagnostica teniendo en cuenta los denominados puntos de dolor o puntos de gatillo, que son zonas del cuerpo donde se presenta comúnmente el dolor.
Si una persona experimenta dolor en un gran número de estas zonas (superando los 11 de los 18 puntos), entonces se le diagnostica esta enfermedad.
Actualmente ha cambiado la forma de diagnosticarla.
Si una persona padece dolor generalizado por todo el cuerpo durante más de tres meses, no tiene un sueño reparador, está excesivamente cansada, y encima no presenta un trastorno subyacente que pueda explicar dichos síntomas, suele presentar fibromialgia.
Para evitar confundir los síntomas con los de otras enfermedades, se suelen realizar las siguientes pruebas:
Tras la realización de estas pruebas, si el paciente no presenta ningún problema relacionado con lo anterior, se descartan estas afecciones autoinmunes y se diagnostica fibromialgia.
La fibromialgia es una enfermedad difícil de tratar debido a que no existe una causa evidente que la origine y los síntomas son diferentes entre las personas que la padecen.
Teniendo en cuenta esto, los tratamientos convencionales se centran en impulsar unos mejores hábitos en las personas con el fin de mejorar su calidad de vida.
Normalmente se empieza por intentar reducir los niveles de estrés y ansiedad, así como mejorar la calidad del sueño y el descanso, ya que son factores clave en la aparición del dolor.
Junto a ello, se combina la práctica de terapia física y ejercicios como la meditación o el yoga que permiten relajar y a la vez fortalecer la musculatura corporal.
Para reducir el dolor en el corto plazo (las anteriores técnicas son útiles en el medio y largo plazo) se recetan analgésicos y en algunos casos, medicamentos antidepresivos.
Como acabamos de comentar, para mitigar y aliviar el dolor, así como para combatir los estados depresivos potenciados por un estado de dolor crónico, es frecuente que se recete medicación para la fibromialgia. Los medicamentos más comunes clasificados por tipos son:
Como ya sabes, la fibromialgia es una enfermedad permanente que no tiene cura y que sus síntomas se ven potenciados ante estados de estrés y ansiedad, así como por falta de sueño.
Por este motivo, a continuación compartimos contigo una serie de recomendaciones prácticas y útiles a modo de hábitos saludables que sirven para generar una mejor calidad de vida y poder así, reducir las consecuencias de la fibromialgia. ¡Todos ellos influyen positivamente en la salud de las personas, son naturales y no tienen efectos adversos!
Los ejercicios y prácticas recurrentes de relajación, meditación y atención plena ayudan a reducir los estados de tensión, estrés y ansiedad.
Por tanto, si dos de los principales factores que potencian y agravan los síntomas de la fibromialgia son el estrés y la ansiedad, la práctica de ejercicios y rutinas que favorezcan y contribuyan a su reducción es de lo mejor que puedes hacer. Y por supuesto, son completamente naturales y beneficiosos para tu salud.
También la inteligencia emocional puede ayudarte enormemente. Si aprendes a entender tus emociones y a controlarlas, puedes reducir el número de picos de alteración que se producen de manera cotidiana.
El sueño es una necesidad biológica para cualquier persona. No descansar correctamente como deberías afecta directamente a tu estado emocional, físico y mental, perjudicando tu salud. A esto, súmale los síntomas de la fibromialgia, agravados por la falta de sueño y descanso.
Por este motivo, es importante que crees unos buenos hábitos de higiene del sueño con el fin de que consigas conciliar mejor el sueño, dormir más profundamente y que tu descanso sea más efectivo y reparador.
La práctica continuada de ejercicio moderado es también otro hábito saludable que debes implementar y que tiene múltiples beneficios.
Caminar, montar en bici, practicar yoga o pilates, o cualquier actividad con la que te sientas bien y que sea moderada, sin excederte, te permitirá aliviar el dolor y mejorar tu estado de ánimo.
Por último, y relacionado con la práctica de ejercicio moderado, alimentarte de forma saludable es otro gran hábito que puede ayudarte a sentirte mejor, tener más energía durante el día y ayudarte a conciliar mejor el sueño por la noche.
Evita los alimentos ultraprocesados llenos de grasas y azúcares que no aportan nada nutricionalmente y sustitúyelos por alimentos naturales que te aporten energía, vitaminas y nutrientes. Te permitirán reducir la inflamación y aliviar algunos de los síntomas, pues es común ver que los síntomas empeoran tras la ingesta de alimentos con aditivos, nitratos y edulcorantes artificiales.
La fibromialgia es una afección de tipo crónica que genera fatiga, problemas de memoria y de sueño, así como dolor en todo el cuerpo, además de otros síntomas, en las personas que la padecen.
Generalmente la sufren más las mujeres que los hombres (un 85% frente un 15%) con edades de entre los 45 y los 55 años.
Existen 4 tipos de fibromialgia:
Los síntomas más comunes son:
Los puntos de gatillo o puntos de dolor de la fibromialgia hacen referencia a las zonas del cuerpo donde las personas experimentan un dolor más intenso. Concretamente son 18 los puntos de gatillo y son los siguientes:
• En los codos
• En los músculos trapecio que se encuentran en la zona superior de la espalda junto a los hombros
• En los glúteos (tercio superior y cresta ilíaca)
• En la parte interna de las rodillas
• En la nuca o base del cráneo
• Entre los omóplatos
• Debajo de la clavícula, en la parte superior del pecho
• En los músculos inferiores del cuello
• En la zona externa de las caderas
Son los síntomas arriba mencionados, pero con una mayor intensidad.
El dolor generalizado (en muchas ocasiones se describe como un dolor de pies a cabeza) acompañado de un mayor cansancio intensificado por el trastorno del sueño pueden llegar a derivar situaciones de ansiedad y depresión.
De forma habitual se suelen recetar pastillas para tratar la fibromialgia. Algunos de estos medicamentos acaban generando adicción, además de posibles efectos adversos por su ingesta reitarada en el tiempo.
Para combatir la fibromialgia, o al menos sus consecuencias, existen otros tratamientos como el CBD que permiten tratar la fibromialgia de una forma más natural y menos perjudicial, evitando así abusar de la medicación tradicional, y contribuyendo también a reducir los dolores.
Sí, el CBD tiene beneficios para combatir el dolor crónico de la fibromialgia.
Aquí tienes una encuesta online con los resultados del uso de CBD en personas con fibromialgia: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33400996/
Además de contribuir a reducir el dolor, también es útil para la mejora de la conciliación del sueño y la reducción de estados alterados del sistema nervioso y estrés (síntomas muy comunes en las personas que padecen fibromialgia).
La dosis de CBD varía mucho de una persona a otra. En estos casos, y al tratarse de un componente natural, la recomendación de los expertos es comenzar con dosis pequeñas y probar qué sensaciones te genera, si te ayuda a relajarte, a conciliar mejor el sueño, a reducir tus dolores. En caso de no hacerlo, puedes ampliar la dosis progresivamente hasta que notes resultados.
Eso sí, intenta acompañar el CBD con las recomendaciones que te hemos dado para conseguir un resultado más óptimo.
Y recuerda que en España es completamente legal la compra y venta de productos de CBD con un porcentaje de THC inferior al 0.2% como tienen todos nuestros productos, pero solo se pueden utilizar de forma tópica.
Consulta con tu médico para otros usos.