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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas relacionados con la salud mental se van a convertir en la principal causa de discapacidad en el mundo en el año 2030.
Concretamente, el estrés y la ansiedad son dos de los principales problemas de salud mental que sufren las personas. Estos problemas afectan directamente al bienestar y a la calidad de vida al derivar en trastornos del estado de ánimo, del sueño, de la conducta alimentaria y cognoscitivos.
El CBD es un componente natural que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad sin generar dependencias ni producir, prácticamente en casi ninguna persona, efectos secundarios.
Diferentes estudios y ensayos clínicos han confirmado que el CBD, concretamente los aceites, contribuyen a reducir la ansiedad generalizada, la ansiedad relativa al trastorno de ansiedad social y a minimizar el componente de ansiedad del síndrome de estrés postraumático.
Para fobias específicas, trastornos de pánico o TOC todavía no hay resultados tan concluyentes.
Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S154431911930514X
Del mismo modo que el CBD contribuye a reducir la ansiedad, también ayuda a potenciar un estado de relajación sin generar ningún tipo de efecto psicoactivo al contener un porcentaje mínimo de THC.
Los productos de uso oral como las flores o los aceites. Para aquellas personas que no les guste fumar, entonces la mejor opción es el aceite de CBD.
En el caso de los aceites, es tan sencillo como tomar unas gotas utilizando el propio cuentagotas que viene con el producto, aplicándolas debajo de la lengua.
Queremos recalcar que actualmente, aunque tanto la venta como la compra de estos productos es totalmente legal en España, no está aprobado su uso como complemento alimenticio, pese a que la propia Organización Mundial de la Salud aprueba y respalda su uso en personas al contribuir de forma positiva en su bienestar.
No existe una dosis consensuada de forma científica o clínica. Como es lógico, a mayor dosis, el efecto será mayor. También depende del porcentaje de CBD que contenga el aceite. En porcentajes más elevados el efecto será mayor.
Lo recomendable es comenzar con dosis reducidas para comprobar cuáles son los efectos.
Según los datos obtenidos en los diferentes estudios clínicos, y comprobado por la OMS, por regla general, el CBD se ha tolerado bien y en aquellos casos mínimos que se produjo un efecto adverso fue de carácter leve asociado a fatiga, náusea y sedación.
En este artículo hablamos más a fondo, además de compartir las fuentes de referencia.